Extracto del debate para la admisión de mujeres en el seno de la Royal Geographical Society
«No es nuestro deseo cambiar la aguja y el hilo en manos de las mujeres por astrolabios y globos terráqueos; tampoco consideramos necesario que una mujer se retire a una habitación empapelada con mapas y ornamentada con globos terráqueos ‥. Su alto nivel moral les permite, a nuestro juicio, poseer amplios conocimientos de geografía, a condición de que no intenten, mediante el uso de términos demasiado groseros para una dama, parecer un grupo de geógrafos demasiado ávidos. Desde luego, estoy dispuesta a dejarles usar palabras como clima, zonas, etc.; pero no quiero que me asusten citando longitudes y latitudes. Que hablen todo lo que quieran sobre lo que leen en los relatos de los viajeros, y yo les escucharé con gusto ‥. Pero yo ciertamente no quiero ver el día en que el conocimiento de la tierra de una mujer sea igual al de los hombres».
Wilbur Zelinsky (1973) en el artículo “The Strange case of the Missing Woman Geographer”. The Professional Geographer, 1973, 25, 101-105