MANUEL DE TERÁN ÁLVAREZ (Madrid, 1904 – 1984), fue el renovador de la Geografía y una gran figura intelectual de la España de su tiempo. Las bibliotecas, las salidas de campo y la relación con las figuras intelectuales más relevantes de la época conformaron la personalidad intelectual de Manuel de Terán para quien la Geografía no se podía entender sin el diálogo permanente con otros campos de conocimiento, como la historia, la etnografía, la sociología y las ciencias naturales, y supo moverse con soltura entre ellos sin renunciar a un genuino proyecto geográfico. Como investigador y desde el Instituto Elcano del C.S.I.C., con la revista Estudios Geográficos, puso en marcha un programa renovador y moderno de estudio de la realidad geográfica española.
La vida de Manuel de Terán estuvo profundamente vinculada al Instituto-Escuela, primero como alumno y luego como profesor entre 1925 y 1936, salvo un pequeño paréntesis de un año, en que fue catedrático de Geografía e Historia en el Instituto de Calatayud. En ese periodo, descubrió y afianzó su vocación docente en la Enseñanza Media, impregnándose de las ideas, principios y métodos pedagógicos de Francisco Giner de los Ríos y de la Institución Libre de Enseñanza. Entró en contacto con el mundo intelectual surgido en torno a la Residencia de Estudiantes y el científico formado en torno al Museo de Ciencias Naturales y a D. Eduardo Hernández Pacheco y se orientó hacia las disciplinas que habría de cultivar profesionalmente, la Historia y, sobre todo, la Geografía.
Tras la guerra civil española fue depurado y hasta 1942 no se pudo reintegrar a su cátedra en el instituto Beatriz Galindo de Madrid. Poco después, requerido por su maestro Eloy Bullón, inició su colaboración en el Instituto Juan Sebastián Elcano de Geografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, del que fue secretario desde 1949, haciéndose cargo de la publicación de la revista Estudios Geográficos, entre las más reputadas de su campo a nivel internacional, y de la dirección del Instituto en 1975. En él desarrolló Terán gran parte de su actividad como geógrafo y maestro de geógrafos, magisterio caracterizado por la generosidad y la tolerancia.
Desde comienzo de los años 40 repartió su trabajo entre el CSIC y la Universidad, sobre todo a partir de 1951, fecha en que obtiene por oposición la primera cátedra de Geografía de la Universidad Central de Madrid, simultaneándola por pura vocación docente, con la Enseñanza Media hasta 1970. Su acceso a la Universidad fue decisivo para el despegue de la investigación geográfica en España, a través de su tarea de formación de discípulos. Dentro del renovador y moderno programa de estudio de la realidad geográfica española que Terán puso en marcha, cabe destacar el hecho de que hasta la década de 1980 se leyeron más de treinta tesis doctorales y más de 150 memorias de licenciatura dirigidas por él, muchas de ellas publicadas. Intervino en los estudios previos de varios planes generales de ordenación urbana, como el del Área Metropolitana de Madrid y el de Bilbao.
En 1976 fue nombrado director honorario del Instituto Juan Sebastián Elcano y consejero de honor del CSIC; en 1977 ingresó en la Real Academia Española y fue nombrado socio de honor de la Asociación Española de Geografía; al año siguiente fue nombrado presidente de honor de la Real Sociedad Geográfica; en 1980 ingresó en la Real Academia de la Historia y en 1982 recibió la medalla de oro de la Universidad Complutense.
En el terreno de la investigación geográfica Manuel de Terán se caracterizó por la fecundidad y la heterogeneidad temática y espacial de sus trabajos. Investigó sobre aspectos geográficos muy diversos tanto sobre el mundo rural como sobre los espacios urbanos, análisis regionales y estudios teóricos y epistemológicos. Entre sus múltiples trabajos cabe citar: Imago Mundi. Geografía Universal (1952), Geografía de España y Portugal (6 vols. 1951-1967), Geografía regional de España (1968) y Geografía general de España (1979), dirigidas junto con Lluís Solé i Sabarís.